jueves, 9 de julio de 2009

Comentarios del Dr. Alfonso Rodríguez Pulido

Amigos,

el Dr. Alfonso Rodríguez me ha enviado este comunicado que transcribo de forma integral:

Estimados amigos y amigas:

Por tercera ocasión, renunciando a mi incipiente incursión blogeriana, les envío mis comentarios generales acerca de sus estimulantes textos por otro medio que me implica menor exigencia.

He retrasado mis comentarios debido a una consigna del seminario: fungir como instigador intelectual de sus propios constructos, eso implica establecer distancia temporal y física, desaparecer como profesor-acompañante, para mirar desde aquí sus intentos literarios.

Puedo hacer observaciones particulares de los contenidos de sus escritos, esto no es el objeto de la propuesta; intentaré por tanto comunicar cuestiones generales atendiendo a que se puede esperar, sería deseable, una posterior aportación dialogando con otros autores sugeridos.

Encuentro en algunos textos la presencia de miedos, justificables, que se denotan quizá por la historia académica de quien los escribe, recuerdo a todos que se pretende conquistar espacios de libertad mediante el simple acomodo de palabras para integrar documentos que permitan a su autor descubrir maneras de comunicar.

La experiencia de escribir una tesis pasa necesariamente por comunicar, antes que informar; escribir para que otros lean nuestros hallazgos. Pero, a su vez, mantener a otros interesados en nuestros planteos pasa primero por conmover, antes que convencer; de ahí la necesidad de recurrir a descripciones literarias para integrar discursos que hagan comprensibles cuestiones técnicas o datos “duros”. Podemos “mirar” en algunos textos imágenes mentales, cuando esto se logra se facilita la comunicación y se comprende, el autor comprende, lo que se está describiendo.

Mendo comentó que no se trata de ser literatos, aunque la oportunidad de la experiencia literaria enriquecerá la calidad de nuestras comunicaciones.

No todo tema de investigación se comunica de la misma manera, pero en la ciencia contemporánea se aprecia la calidad comunicativa.

Un abrazo a todos y mantendré contacto

Alfonso Rodríguez Pulido

jueves, 2 de julio de 2009

ABRIENDO BRECHA

ENSAYO: “ABRIENDO BRECHA”

Virginia Martínez Hernández

Aunque cada vez más escasas, existen áreas que no han sido ocupadas por el hombre, y otras en las que su presencia no cumple el medio siglo, son áreas abruptas, selváticas, desérticas, costeras, son los últimos territorios por colonizar del planeta, se les denomina áreas de frontera, y a las que son utilizadas con fines agropecuarios, fronteras agrarias. En la segunda mitad del siglo XX en el contexto histórico de la “Marcha al Mar”, de la “Revolución Verde” y del modelo económico de “Sustitución de Importaciones”, se orientó el interés del Estado mexicano hacia estas áreas, como una solución al reparto agrario, que había encontrado límites en estructuras de poder en otras zonas del país, así como para abrir nuevas tierras al cultivo.

En su momento no se consideraron las características de esas áreas que son ambientalmente vulnerables, y en su mayoría no aptas para cultivos tradicionales, por lo que los procesos de degradación son más acelerados. Los campesinos a los que se les otorgaban estas tierras, en su mayoría, provenían de zonas con características geográficas diferentes, con experiencia en determinados cultivos y prácticas ajenas a los nuevos espacios.

Entonces se dio un proceso interesante para la Historia Ambiental, que es ese primer encuentro, en donde los colonizadores a través de la cultura, el trabajo, las relaciones de poder, etc., entran en contacto con un paisaje diferente, desconocido, peligroso, caótico, que les va imponiendo límites, restricciones, pero también oportunidades. La ubicación del asentamiento, de los predios y su extensión, así como el trazo de las calles, eran designadas por autoridades agrarias, comisariados ejidales, caciques, terratenientes, intermediarios, notables, en función de lo que pudieran pagar los ejidatarios con dinero, o con trabajo (desmontando).

Lo primero es desmontar, luego la autoconstrucción, con elementos de la región (hojas de palma, ramas, varas, adobe, etc.), la construcción esta dividida por un cuarto grande destinado como lugar para dormir (hamacas, catres, camas de horcones, camas de tablas, etc.) y otro para la cocina que cuenta con hornillas de barro, en ocasiones éstas se localizan afuera, bajo una ramada. Las necesidades fisiológicas se realizan en el monte. Cuentan con huertos que son utilizados tanto para el cultivo de frutales como para la cría de algunos animales que son destinados para el autoconsumo. El agua se acarrea de ríos cercanos o de pozos artesanales, no existe energía eléctrica, utilizan bombillas de petróleo para alumbrarse. Así las actividades cotidianas, se realizan en función de estas condiciones, por lo que el tiempo transcurre ajeno a las manecillas del reloj, mientras se van apropiando del espacio.

Las condiciones para que la ocupación se lleve a cabo de manera permanente y con ello la transformación de la fisonomía de los asentamientos, dependen de la necesidad y el ímpetu de los pioneros, de las estructuras de poder, y del éxito de las estrategias adaptantes y adaptativas. El material de construcción se vuelve más duradero (barro, ladrillo, etc.), se van agregando cuartos, a veces en detrimento del espacio de la huerta. Aparece la letrina, se adquieren máquinas de generación de electricidad. Y el espacio se sigue subdividiendo.