jueves, 18 de junio de 2009

La ciudad que destruye áreas ambientalmente vulnerables.

Las ciudades que tienen el privilegio de estar asentadas en áreas con características medioambientales valiosas, experimentan al igual que cualquier otra el fenómeno de su continuo crecimiento horizontal, sin reparar en la importancia de su entorno por la riqueza biológica del ecosistema mismo que se trate e incluso para la vida humana de los que habitan la ciudad.

Estas áreas se encuentran en una posición de doble vulnerabilidad, por un lado por la presencia de especies endémicas o por las características propias como contener especies en peligro de extinción y la exacerbada reducción de superficies por la perturbación humana; por otro lado por la presencia de la ciudad y la eminente constante amenaza de trasformación del entorno por la alteración de los usos de suelo.

Es así como la presencia humana va transformando el paisaje natural para convertirlo en algo útil a los intereses económicos, y buscando la máxima rentabilidad. Sobrepasando incluso algo que debiera ser prioritario para la comunidad, como el contar con los elementos necesarios para el mantenimiento de condiciones de habitabilidad de una región, es decir el abastecimiento de agua, aire respirable, la regulación climática y de las precipitaciones pluviales, etcétera.

Los seres humanos debemos ser respetuosos y valorar las cualidades del medioambiente que nos brindan el oxigeno que respiramos, el agua que bebemos y el clima propio de la región en que habitamos.

La degradación de las cualidades de las áreas ambientalmente valiosas y a la vez vulnerables presentes en el entorno de la ciudad, afecta la potencialidad de habitabilidad urbana reflejándose en el debilitamiento de las condiciones de vida de sus habitantes.

Es por esto que las ciudades junto con sus actividades relacionadas a la producción por transformación del entorno, no deberían alterar las cualidades de las áreas ambientalmente vulnerables.
Lo que le hagamos a la naturaleza, la naturaleza nos lo devolverá en nuestro perjuicio.

Es así que conocer las condicionantes que conducen a la ocupación de áreas ambientalmente vulnerables y valiosas permitiría encontrar los indicios para contrarrestar esta afectación que significa la afectación misma de las posibilidades de desarrollo como seres humanos por sobre los aspectos económicos.

Nos encontramos como problema ante la confrontación de posturas y metas divergentes, es decir, entre la valoración ecológica de estas áreas vulnerables y su potencialidad en función del uso del suelo, referida a la rentabilidad económica de su transformación que marca un pensamiento de ganar-ganar (dinero) que nos está llevando con esa visión miope a un esquema de perder-perder (los elementos para la vida).

Roberto Cruz García.

1 comentario:

  1. Roberto:
    con respeto quiero decirte que me parece que no lograste romper el esquema mental academicista que nos constriñe a todos como doctorandos. En tu redacción sigue presente -creo- el lenguaje formal que recurre a tecnicismos y a fórmulas consabidas. Echo de menos el color del cielo de Xalapa, me falta respirar la fresca humedad de sus mañanas, extraño el gentil "chipi-chipi" de los nortes y, por supuesto, añoro el inolvidable aroma del café de Coatepec.
    ¿Era difícil traernos eso y más?

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